Esta primera película de Saura filmada una vez establecida la democracia española, retoma los personajes de Ana y los lobos, estrenada antes de la muerte de Franco. La fiesta centenaria de la madre es una celebración tragicómica de un nuevo orden familiar y social, a la vez que una reminiscencia al cine de Luis García Berlanga, tal vez porque los personajes fueron creados originalmente junto a Rafael Azcona, guionista que colaboró con ambos directores.
Se trata de una de las películas más populares de Carlos Saura, que obtuvo, entre otros, el Premio Especial del Jurado del Festival de San Sebastián (1979); el Premio a la Mejor Película Española, el Premio a la Mejor Fotografía -Teo Escamilla-, y el Premio a la Mejor Actriz (Rafaela Aparicio) del Círculo de Escritores Cinematográficos de España (1980), y, además, fue seleccionada para el Óscar a la Mejor Película Extranjera (1979).
